Rulolandia

Durante todos esos meses de arduos ensayos, los Andambas fueron dando cuenta de la internalización de cierto groove en el toque del pianista. Como no hubo algún otro motivo, las razones científicas a las que se apelaron en aquel momento, fueron sustentadas en el crecimiento de la rulosidad capilar del instrumentista. Por lo cual, comentan fuentes primarias (muy cercanas a la situación de aquel momento) que uno de los requisitos que pedían los Andambas para pensar en un nuevo contrabajista, era una importante peluca. Tras una evidente inscripción en la línea de los estudios del tipo Loop ensamble: grooving in popular music (El ensamble del rulo: el groove en la música popular; Bob Broderick, Ed. del Pajarito remendado, Arg., 2001), se sintieron tentados en la búsqueda de una frondosa peluca de rulos. Si venía con una persona abajo, buenísimo, y si era contrabajista, mejor.
He aquí el resultado.

Presentamos solemnemente al más nuevito de los Andambas, Nico, el recién llegado (a la banda y al mundo) (porque éstos se hacen los beibis pero son una manga de grandulones peludos) (por no decir bolas canosas). Nico, no te queda medio grande el violín?